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  • Writer's pictureEmma

Lo que verdaderamente importa


Me parece interesante compartir un proceso de mejora en el desarrollo personal de una adolescente de 17 años que cursa primero de bachiller con unas calificaciones excelentes en cada una de las asignaturas del programa académico -una media de 9/10- pero que sin embargo, y atendiendo a lo que habilidades sociales se refiere y la relación con ella misma, tiene un sonado suspenso que no alcanza el 2.



Los padres están muy orgullosos de sus notas, alaban su talento e inteligencia, al mismo tiempo que reconocen su implicación, compromiso y esfuerzo recompensado. Aunque, por otro lado, no se le dan tan bien las materias o asuntos que tienen que ver con las relaciones inter e intra personales, que lejos de la excelencia, están en muy baja valoración.


No cuenta con muchos amigos y se relacione más bien poco. En el instituto, acostumbra a estar sola en las horas de descanso (patio) menos cuando mantiene conversación con un chico con el que parece entenderse. Según afirma, se lleva mejor con los chicos que con las chicas. Sus momentos de ocio preferido se reducen a seguir series en plataformas de streaming y participar en alguna actividad extraescolar como ir a nadar de vez en cuando y jugar a tenis.


Cuando hablamos de sus relaciones, reconoce no sentirse cómoda con los demás, tiende al retraimiento e incluso a una cierta actitud defensiva apoyada en el sentimiento de rechazo que experimenta como consecuencia de su falta de habilidades sociales. Incapaz de desenvolverse en grupo, encuentra dificultades para expresar sus deseos u opiniones y compartir sentimientos, lo que acrecienta su sensación de falta de valor y baja autoestima. Como ella misma me explica, no se atreve a entrar en tiendas sola, reclamar un pedido o solicitar atención -le da vergüenza- Tiene miedo del que dirán o de lo que pensarán de ella y prefiere pasar desapercibida sumida en su aparente introversión fruto de su extrema inseguridad y timidez.


En consulta, me habla de sus excelentes notas y le pregunto interesada si considera que sacar notas tan altas en geografía, matemáticas, biología, etc., iba a darle felicidad más allá de la satisfacción personal por el trabajo bien hecho o del conocimiento académico adquirido.


-¿Saber biología va a permitir que te desenvuelvas mejor con las personas?

-No

-¿Saber física y química te va a permitir ser más abierta y asertiva?

-No

¿Las matemáticas van a potenciar tu autoestima y enseñarte a valorarte mejor? ´

-No

¿La anatomía aplicada va a proporcionarte ocio y diversión?

-No


-La vida es relación, crecemos y nos conocemos a nosotros mismos a través de ellas. Relaciones con uno mismo, con los demás con el mundo. Las relaciones son el componente fundamental de la existencia. Los seres humanos somos seres sociales y desde este punto de vista, parece que estás suspendida.


-¡Nunca lo había visto así! Me comenta, sorprendida.


El suspenso en lo social, en alta desventaja con lo académico, no le hizo ninguna gracia y de alguna manera, ese fue el detonante para activar la intención de superación personal, aprovechando que la cuestión de los retos y el superarse así misma constituían una de sus principales fortalezas que aplicaba, básicamente, en lo académico.


-El talento no es suficiente. Una mente repleta de conceptos, abarrotada de nociones teóricas y prácticas curriculares, no es condición suficiente para alcanzar la lucidez y el entendimiento necesarios para desarrollar una mentalidad despierta y consciente que potencie el sentido de plenitud y la comunión con el otro.


Juntas elaboramos las asignaturas en las que sería conveniente progresar, partiendo de una valoración inicial (pruebas psicodiagnósticas). Nos lo tomamos como si se tratara de una escuela paralela -una escuela de vida- en las que se consideraban todas aquellas asignaturas que, lamentablemente, no acostumbran a aprenderse en los centros de enseñanza a pesar de ser fundamentales para la vida en relación.


Este ha sido el progreso:



Lo más simpático, con permiso de los padres:


-¿Esto no bajará su rendimiento, verdad?

-No todo en la vida es sobrevivir.


Como una vez leí, “Sólo el hombre sabio, extraordinariamente inteligente, está en verdad libre del esfuerzo”.



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